viernes, 10 de febrero de 2012

Pastillas para no soñar.

Cuando estoy desorientado, escribo. No escribo siempre con un objetivo claro. Escribo por gozo, a veces. Otras para pasar el rato. Pero escribo. Y no hoy, escribo siempre que puedo. Tengo, además, una manía extraña. Me gusta escribir tarde por la noche. Casi de madrugada. Hay silencio en casa y en la calle, y sólo escucho el ruido de mis patosos y apresurados dedos aporreando el teclado sin demasiada gracia. Eso, y mi ruido interior. Ese que parece que nunca cese.

Tecleo muy raro, por cierto. Utilizo cuatro dedos de mi mano izquierda -todos menos el meñique- y sólo el índice de la derecha. Creo que mi padre teclea así. Estoy bastante convencido, la verdad. Casi tan convencido estoy de esto, como de que los pocos que estén leyendo esta nueva entrada estarán a nada de cerrar la página y ponerse a hacer algo realmente útil (dormir, por ejemplo). Y la verdad, no les culpo.

Iros todos, de verdad. Hoy escribo lo que me da la gana. Escribo más para mi que para vosotros. Sin estructura, sin pauta. Debería de hacerlo más veces. Os invito, por supuesto, a probarlo. Escribid des del alma. No penséis. Sólo escribid. Si tenéis ganas de hablar de fútbol, hablad de fútbol. Si tenéis ganas de despotricar de algún profesor o de vuestro jefe, hacedlo (no lo publiquéis, que la vais a liar). Si tenéis ganas de hablar de drogas y sexo, sentiros libres. Si tenéis ganas de hablar de elefantes, hablad de ellos. Un buen amigo mío, por cierto, me dijo no hace mucho que son extraordinarios animales. Cada vez estoy más de acuerdo. Además de su gran tamaño y de su graciosa trompa -me encanta su trompa- son enormemente inteligentes. También os invito a leer cosas sobre ellos, por supuesto. Hoy os invitaría incluso a una copa. O un mojito. ¡Bufff! Lo que daría por un mojito...

Siempre he sido correcto y soy consciente de que aunque me quiera hacer el loco ahora, siempre voy a seguir siéndolo. Es más, siempre voy a intentar seguir siéndolo. Yo soy así. No es ni bueno ni malo. Es así.

Mañana me marcho de viaje con dos personas fundamentales en mi vida. Berlín es el destino. Y va a hacer frío, mucho frío. Pero me muero de ganas. Literalmente. Tengo ganas de helarme. De congelarme. De refrescar ese enorme cabezón que siempre suele reposar sobre mi imprescindible cuello (fijaros que 'siempre suele' es una inmensa contradicción). Con un poco de suerte, menos 15 grados serán suficiente para hacerlo. Y si no, la compañía hará el resto.

Y me despido ya, pues no es mi intención molestaros, no sin antes volveros a aconsejar algo que creo que sería necesario que hagáis: leed sobre elefantes.

Sed felices y... Auf Wierdersehen,

4 comentarios:

  1. Q vaya bien x berlin, i q hagas muchas locuras!
    Viva los elefantes i viva tu madre por parirte!
    Siempre quedara el recuerdo de esa inmensa calidad en la media ;) ese KIli bueno jajajaja
    buenas noches :)

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  2. Escribir sin borrar, escribir lo que sientes, lo que piensas, sean elefantes, sea el frío o el dolor de la uña rota del dedo índice de la mano derecha al teclear.

    Es todo un estilo, me gusta =)

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  3. No està malament, gaudeix del viatge. Jo avui he fet una viatge, d'anada i tornada, un dels millors de la meva vida. No he vist elefants, però la companyia és el que importa.

    Visca Kobe :D (imagino que ja saps qui sóc!)

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  4. Amigo mío,

    me alegro de que me hayas pasado esta entrada, pues estoy viviendo en otro mundo últimamente y, muy probablemente, la hubiese visto "tarde". Aunque, dicen, que es mejor eso que nunca. Yo, la verdad, no estoy cien por cien de acuerdo con el dicho.

    Sinceramente, creo que escribir para nosotros mismos es una de las mejores cosas que podemos hacer para, no sólo aclararnos algunas ideas, sino también para disfrutar de nuestras propias experiencias y verlas de una manera que quizá nunca habríamos hecho si nunca las hubiésemos escrito. Seria como contarle la misma historia a diferentes personas, que con cada una de ellas te aportarían algo diferente o te ayudarían a ver las cosas desde diferentes puntos de vista.

    Además, a mi también me gusta ser "correcta". De esta manera, uno mismo se entiende mejor cuanto más claro y preciso es con sus palabras. Eso no es necesario siempre, sobre todo si tienes ganas de tomarte la vida un poco más con calma y dejar a un lado las preocupaciones (que a veces también nos viene bien coger aire fresco).

    Y hablando de aire fresco, he aprendido a valorar el frío. A veces uno con tanto calor se amodorra, se acomoda y pierde las ganas de hacer cualquier cosa. En cambio con el frío uno tiene la sensación de que respira de verdad, tiene la necesidad de moverse y las ideas también se enfrían y todo pierde un poco de importancia por unos momentos.

    Bueno, creo que no me he dejado nada por comentar. Sólo decir que tengo muchas ganas de verte otra vez, de hablar contigo y de reírme un ratito.

    Me encanta como eres. Eres amor y lo sabes.
    Un abrazo muy fuerte, pásalo estupendamente en Berlín y se muyyy feliz.

    ¡Hasta la vuelta! :)

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